La práctica tutoral a distancia en educación superior

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MARÍA TERESA CERVANTES LOREDO* , SERGIO MANUEL DE LA FUENTE VALDEZ* , HEBERTO ALFONSO AGUILAR MARTÍNEZ* , YOLANDA LÓPEZ LARA*

CIENCIA UANL / AÑO 19, No. 80, JULIO-AGOSTO 2016

El Programa Institucional de Tutoría (1) de la Universidad Autónoma de Nuevo León establece que las diversas dependencias universitarias deberán atender las necesidades de tutoreo de los estudiantes a través de tres estrategias: a) la atención grupal, b) la atención en talleres y c) la atención individual o en pequeños grupos.

En nuestra experiencia, como tutores en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, cada semestre nos entrevistamos de manera grupal con los estudiantes que se nos asignan, muchos de los cuales no vuelven a entrevistarse con el tutor ni cuando son requeridos por éste para darles una atención individual. Muchas veces hemos observado que tanto los tutores como los estudiantes llevan a cabo esas reuniones grupales como un mero trámite que se debe cumplir cada semestre y se reduce a proporcionarles información administrativa, así como a orientarlos en el conteo de créditos y opciones para las unidades de aprendizaje que cursarán el próximo semestre. Y sabemos que esto no sucede sólo en nuestra escuela.

Los tutorados aducen muchas veces que no asisten a las sesiones de tutoreo porque no tienen tiempo ya que trabajan para pagar sus estudios, porque se los impide el horario de clases o porque no tienen dinero para pagar el pasaje a la Facultad, es un hecho real que el transporte en la ciudad de Monterrey es el más caro del país. En esas condiciones es explicable la ausencia en el tutoreo.

Por otro lado, en la vida diaria los jóvenes están inmersos en las redes sociales que utilizan para intercambiar asuntos personales y académicos. Actualmente los estudiantes investigan, se informan y adquieren gran cantidad de conocimientos a través de las redes sociales y de los medios electrónicos de comunicación, aprenden a través de éstas. Ese aprendizaje no es necesariamente deliberado y organizado. Ya se ha escrito mucho sobre educación a distancia y sobre el uso de las nuevas tecnologías en la educación. Ese es el contexto real de nuestra práctica tutoral, es importante tener en cuenta esta realidad para hacer la planeación del sistema y del Programa Institucional de Tutoría.

Considerando lo anterior se justifica la siguiente pregunta: ¿es posible y necesario hacer tutoría a distancia usando las nuevas tecnologías para dar un servicio personalizado y más eficaz en nuestra Facultad?

Este trabajo expone el marco teórico que orienta una experiencia de tutoría a distancia utilizando las redes sociales a partir de la cual podremos desarrollar una investigación cualitativa cuyos resultados nos arrojarán datos para elaborar una propuesta de mejoría en el Programa Institucional de Tutoría.

FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA

La práctica tutoral es un término que se refiere a las actividades complementarias a las tareas docentes que desempeña un maestro al presentar a sus alumnos contenidos educativos para que sean asimilados y dominados. La acción tutoral tiene como propósito orientar a los alumnos a partir de un diagnóstico de sus necesidades, aptitudes, estilos de aprendizaje y de sus aspiraciones profesionales.

Actualmente se concibe el tutoreo como una acción que va más allá de una estrategia remedial o un apoyo a estudiantes que tienen dificultades académicas ya que se trata de optimizar el desarrollo académico, personal y profesional del alumno. (2)

Entre las técnicas que utiliza el tutor para desempeñar sus funciones se encuentran: escucha activa, observación, cuestionario, test, las sesiones individuales y de grupo. (3)

La escucha activa no es sólo oír al otro sino comprender el contexto en que se expresa el mensaje, decodificarlo, interpretarlo, retroalimentar al emisor, confirmar el sentido del mensaje y dar una respuesta adecuada con una actitud de respeto al interlocutor.

La observación es una técnica muy importante por la que el tutor está al tanto de los hábitos, actitudes, procedimientos, estados de ánimo, dificultades y grado de dominio de contenidos educativos por parte del estudiante. El tutor ha de establecer los criterios e indicadores que orienten las observaciones para registrarlas y analizarlas posteriormente.

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Los cuestionarios proporcionan información de manera rápida y estandarizada. Pueden servir para obtener datos generales y sondear aspectos que después se indagarán más profundamente por medio de la entrevista.

La entrevista es el instrumento más valioso de la tutoría, tanto para profundizar en la información obtenida como para incidir en los cambios personales, hábitos de estudio y soluciones requeridas por el tutorado.

Los test son herramientas también muy necesarias ya que bien aplicados y bien interpretados pueden dar información muy valiosa sobre aspectos de la personalidad, estilos de aprendizaje, coeficiente intelectual, problemas emocionales y conductuales que es muy importante tener en cuenta en la acción tutoral.

La tutoría puede ofrecerse de manera grupal o individual. Hay momentos o situaciones en las que es necesario dar información o aplicar cuestionarios y test que no necesariamente han de realizarse de manera individual, hacerlo en grupo puede ser lo más eficaz. También puede usarse la modalidad en grupo para atender o incidir en problemas comunes como la relación con un maestro, horarios, etc. Además, con la tutoría grupal los estudiantes aprenden lo que es la tutoría entre pares que les será muy útil en su vida profesional.

Sin embargo, la atención individual es la forma más generalizada de llevar a cabo la tutoría porque, a diferencia del maestro en el aula, el tutor da una atención personalizada que atiende las necesidades y características de cada uno de sus tutorados.

En la actualidad, ante el mundo complejo y cambiante en que se desarrolla nuestra acción tutoral y la irrupción de las nuevas tecnologías en todos los ámbitos incluido el educativo, debemos plantearnos la posibilidad y necesidad de utilizar como herramientas las nuevas tecnologías para cumplir nuestra función como tutores.

En el tutoreo presencial las técnicas mencionadas antes se han aplicado con éxito según las experiencias individuales de muchos maestros universitarios. En el tutoreo a distancia habría que experimentar para ver si las mismas técnicas funcionan de la misma manera o proponer otras más adecuadas.

Ser asesor de tutoría no es una actividad difícil pero sí laboriosa y con muchas responsabilidades, ya que se está trabajando con seres humanos, que tienen altas y bajas en su vida estudiantil, laboral y profesional. La humanista actividad tutoral implica costos, orden, disciplina, intenso trabajo, tiempo y esfuerzo.

El tutor es pieza clave para mejorar las actividades de los estudiantes, cuando se presentan problemas o dificultades, es él quien estará capacitado para orientar hacia las soluciones.

La presencia de un tutor puede ser clave también en el ámbito personal: en el desarrollo de algunas características de la personalidad, la formación de valores, la conciencia y responsabilidad social. Es por esto que debe estar en contacto con la familia y con el cuerpo multidisciplinario para que en conjunto contribuyan al crecimiento integral de los tutorados.

Para De Miguel (4) la actuación de los tutores será amplia y directa con los estudiantes y su perfil será de responsabilidad y compromiso institucional. Un buen profesional, con saberes especializados y determinadas destrezas que emplea una formación sistemática. Un buen profesional deberá destacarse por sus competencias y poseer una sólida preparación, con una integridad ética que proporcione credibilidad en su trabajo.

Burgess y Dadmond (5) consideran que los profesores con funciones tutoriales deberán tener una actuación recta, honesta y preocupada por la calidad de sus servicios.

Gordillo (6) destaca que para que un profesor sea un buen tutor requiere dominar una serie de habilidades que le permitan afrontar un problema desde diferentes perspectivas. Muchas de las dificultades que tienen los profesores son consecuencia de su falta de habilidades y de estrategias básicas para afrontarlos. Desarrollar capacidades sociales que le faciliten las relaciones personales con los tutorados y su familia para resolver satisfactoriamente los conflictos presentados.

Díaz Allué (7) expresa que no basta con la buena voluntad de los profesores tutores, sino que necesitan una sólida formación psicopedagógica, aunada a múltiples cualidades personales que los hagan aptos para desempeñar sus funciones y valorar el interés que se requiere en la formación integral de los estudiantes.

Sebastián Rodríguez Espinar (8) asigna al tutor el rol de una agente de cambio con la finalidad de facilitar en la institución educativa y en los estudiantes una organización de calidad, que obliga al tutor a facilitar la comunicación, mejorar el clima de confianza, facilitar el trabajo en equipo, a asumir un liderazgo, a la adopción de estrategias para solucionar los problemas e implicarlo en la toma de decisiones.

Asimismo, este autor enfatiza que la función de la orientación ha de sobrepasar el estricto marco escolar. Que el capital más valioso de una institución educativa son los recursos humanos. Que el concepto de aprendizaje no se hace exclusivamente a los contenidos culturales. La tutela y los derechos individuales de cada estudiante deberán prevalecer ante determinadas situaciones de pasividad.

El profesor tutor no podrá ser el mismo que el tutor tradicional pues hay una discusión de los especialistas en el análisis de las características de los nuevos tutores. En su perfil se han de considerar las habilidades y capacitación para el uso de las nuevas tecnologías.

Lorenzo García Aretio, (9) en De la educación a distancia a la educación virtual, afirma que las nuevas tecnologías permiten deslocalizar y destemporalizar las fuentes del conocimiento. En las últimas dos décadas las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han transformado la forma de entender y llevar a cabo el proceso educativo.

Actualmente se habla de e-learning y mobile-learning para referirse a las más avanzadas herramientas tecnoló- gicas que se utilizan para el aprendizaje y el proceso educativo. Estas tecnologías pueden ser una solución para los problemas de financiamiento, de falta de recursos y por lo tanto de acceso y cobertura en el sistema educativo.

Los maestros y los tutores han de capacitarse para desempeñar sus funciones en estas innovadoras transformaciones de la modalidad de educación a distancia.

El mismo autor señala que el tutor que trabaja a distancia, además de cumplir las mismas tareas que un tutor en la modalidad presencial, ha de integrar al estudiante en el entorno técnico humano formativo, agregaríamos que debe aprovechar las TIC para acompañarlo en su proceso formativo proporcionándole accesibilidad a la orientación, consejo que requiera y facilitando su desarrollo personal, académico y profesional.

CONSIDERACIONES QUE ORIENTAN NUESTRA EXPERIENCIA DE TUTOREO A DISTANCIA

1. Son varios los roles que deberán desempeñar los tutores pues serán guías, orientadores, líderes, facilitadores de los aprendizajes, entre otros. Por lo que requieren de una sólida formación profesional para el mejor cumplimiento de sus múltiples funciones.

2. Es necesario que los profesores tutores posean varias habilidades y capacidades para que desempeñen eficientemente sus funciones: buenos comunicadores, que sepan proporcionar un clima de confianza entre sus alumnos, los orienten para que trabajen en equipo y respeten los derechos individuales de sus tutorados, entre otras habilidades y capacidades.

3. Múltiples autores han expresado sus puntos de vista sobre las funciones y roles de los profesores tutores, pero existen entre ellos muchas coincidencias en el sentido del compromiso social y, por tanto, humanista, de su formación psicopedagógica, del compromiso ético que tienen, del liderazgo que ejercen y sobre todo de su importante papel dentro del sistema educativo en colaboración con el equipo multidisciplinario al que pertenecen en las instituciones educativas, con la finalidad de facilitarles a los estudiantes el éxito dentro del proceso enseñanza-aprendizaje.

4. Los tutores han de capacitarse para cumplir sus funciones tanto en la modalidad presencial como a distancia, aprovechando las TIC para facilitar a los estudiantes la posibilidad de tener acceso a su tutor aun cuando no se encuentren en el mismo espacio y tiempo.

5. Consideramos que la tutoría a distancia podría solucionar el problema de la falta de asistencia de los estudiantes a la tutoría. Sería conveniente que los desarrolladores de la plataforma SIASE incluyan en el menú de tutoría una aplicación que permita interactuar con los estudiantes de manera que ofrezca el servicio en línea.

6. Este equipo de maestros nos proponemos experimentar utilizando las redes sociales para hacer tutoría, analizar y sistematizar esa experiencia investigando su viabilidad y eficacia para fundamentar la propuesta ante los desarrolladores de SIASE, así como identificar las técnicas y acciones más adecuadas para esa modalidad y hacer propuestas al Programa Institucional de Tutoreo.

 

* Universidad Autónoma de Nuevo León.

Contacto: matecelo2004@yahoo.com.mx

 

REFERENCIAS

1. Programa Institucional de Tutoría, actualización (2013). UANL.

2. Olea, E. y Garduño, C. (2011). Función tutorial del profesor en programas de educación a distancia en educación superior: una propuesta de modelo. Redylac.org. Recuperado el 25 de noviembre en: http://www.redalyc.org/pdf/ 688/68822701013.pdf

3. Nicastro, S. y Andreozzi, M. (2003). Asesoramiento pedagógico en acción. La novela del asesor. Argentina: Paidós.

4. De Miguel, M. (1993). La evaluación de las instituciones universitarias. Ponencia. Jornadas de Didáctica Universitaria: Universidad de Granada.

5. Burgess y Dadmond (1994). Formación y profesionalización de orientadores: modelos y procesos. Madrid. Recuperado el 5 de mayo de 2016 en: http://www.uv.es/relieve/ v2n2/RELIEVEv2n2_3.htm

6. Gordillo, M. (1996). Desarrollo del altruismo en la infancia y adolescencia. Madrid. Centro de Publicaciones.

7. Díaz A. (1997). Orientación en educación secundaria. Situación actual y prospectiva. Revista de Investigación Educativa, 1997, Vol. 15, no. 2, pp. 9-83.

8. Rodríguez, S. (1997). Manual de tutoría. Colección Educación Universitaria. Octaedro-IC-UB.

9. García Aretio, L. Ruiz, M. y Domínguez, D. (2007). De la educación a distancia a la educación virtual. Barcelona. Ariel.