Investigación sobre sexualidad responsable en adolescentes y jóvenes
Benavides Torres, Raquel Alicia y Onofre Rodríguez, Dora Julia (2025) Investigación sobre sexualidad responsable en adolescentes y jóvenes. Universidad Autónoma de Nuevo León, Mexico. ISBN 9786072725935
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Texto
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Resumen
La salud sexual y la sexualidad responsable son aspectos fundamentales en la vida de los jóvenes y adolescentes, dado que tienen un impacto directo sobre su bienestar físico, emocional y social. En esta etapa de desarrollo, los jóvenes enfrentan una serie de desafíos relacionados con la comprensión y el manejo de su sexualidad, un área que está profundamente influenciada por factores biológicos, sociales y culturales. Sin embargo, el contexto en el que crecen —caracterizado por un entorno saturado de información, a menudo contradictoria o confusa— puede ponerlos en situaciones de riesgo si no cuentan con los recursos adecuados para tomar decisiones informadas. De ahí la importancia de abordar estos temas desde una perspectiva integral, que considere no solo los aspectos biológicos y médicos, sino también los factores psicosociales, emocionales e interpersonales que inciden en sus conductas. Este enfoque es esencial para garantizar que los jóvenes puedan tomar decisiones sexuales responsables que favorezcan su salud y bienestar. En los estudios revisados, se destaca que, en particular, los jóvenes masculinos tienden a percibir una mayor aprobación social hacia las conductas sexuales, lo que puede influir en su disposición a asumir riesgos sin considerar las consecuencias. Este fenómeno está relacionado con las expectativas sociales y los estereotipos de género que, en muchos casos, promueven la sexualidad masculina como un indicador de virilidad o de estatus social. Como resultado, muchos adolescentes masculinos pueden sentir una presión para participar en actividades sexuales sin la preparación emocional o el conocimiento adecuado. En contraste, otros factores como las creencias y actitudes personales hacia la sexualidad, el uso de anticonceptivos y la abstinencia, juegan un papel determinante en la toma de decisiones sobre la conducta sexual. De hecho, muchos jóvenes muestran actitudes positivas hacia la abstinencia y el uso de métodos de protección, como los condones, lo que demuestra que existe una intención generalizada de protegerse y evitar enfermedades de transmisión sexual (ETS). Sin embargo, aunque las intenciones pueden estar presentes, en ocasiones la falta de acceso a recursos y de educación adecuada impide que estas intenciones se traduzcan en comportamientos responsables. Un hallazgo importante es que, a pesar de la intención de muchos jóvenes de hacerse pruebas de VIH y otras ITS, existen barreras significativas que dificultan el acceso a estos servicios. El miedo al estigma y a la discriminación, junto con la falta de acceso a servicios de salud adecuados, son obstáculos que impiden que muchos jóvenes realicen las pruebas que podrían detectar infecciones de manera temprana. Para superar estas barreras, es crucial implementar campañas de sensibilización y educación en torno a la importancia de la prevención y la detección temprana de enfermedades. La integración de la educación sobre el VIH y otras ITS en los programas de educación sexual resulta fundamental para que los jóvenes comprendan que hacerse pruebas regularmente y adoptar conductas preventivas son medidas esenciales para proteger su salud. Estas campañas deben abordar tanto la prevención como el tratamiento, destacando la importancia de la regularidad en las pruebas y la necesidad de un enfoque proactivo en cuanto a la salud sexual. En este contexto, el apoyo familiar juega un papel crucial en la promoción de conductas sexuales responsables. Los jóvenes que perciben un entorno familiar de apoyo, comprensión y apertura hacia el diálogo sobre sexualidad son más propensos a adoptar comportamientos sexuales más saludables. El apoyo familiar puede actuar como un factor protector frente al riesgo sexual, ya que los adolescentes se sienten más seguros al tomar decisiones informadas y responsables cuando cuentan con el respaldo de sus padres o tutores. De esta manera, involucrar a las familias en los programas de educación sexual es esencial para crear un ambiente que favorezca el bienestar de los jóvenes. El fortalecimiento de la comunicación familiar es clave, y para ello, se deben diseñar intervenciones que promuevan un diálogo abierto y libre de juicios sobre temas de sexualidad, donde los jóvenes se sientan cómodos compartiendo sus preocupaciones y dudas. Además, la calidad de la relación familiar, en términos de cercanía y confianza, influye directamente en la efectividad de la comunicación sobre sexualidad. Los padres que tienen una actitud abierta y sin prejuicios al hablar sobre temas como la prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y los embarazos no deseados logran que sus hijos estén mejor informados y sean más conscientes de los riesgos y las responsabilidades asociados con la actividad sexual. Sin embargo, también es importante destacar que la escolaridad de los padres desempeña un papel crucial en este proceso. Los padres con niveles educativos más altos suelen tener una comprensión más profunda de los temas relacionados con la salud sexual y, por lo tanto, están mejor equipados para transmitir información precisa y útil a sus hijos. Por ello, es fundamental incluir a los padres en los programas de educación sexual, ofreciendo capacitación sobre los aspectos esenciales de la salud sexual y proporcionando recursos que les permitan desempeñar un papel activo en la orientación y el apoyo de sus hijos. El análisis también aborda las particularidades de los jóvenes indígenas en relación con su salud sexual, quienes, aunque muestran actitudes positivas hacia el uso de anticonceptivos, enfrentan barreras adicionales que dificultan el acceso a estos métodos. Entre las principales barreras se encuentran el alto costo de los anticonceptivos, la falta de información adecuada sobre su uso correcto y la dificultad para negociar su uso con las parejas. Es fundamental que las intervenciones se adapten a las realidades culturales y sociales de las comunidades indígenas, para que los jóvenes puedan recibir el apoyo necesario y acceder a los recursos que les permitan tomar decisiones informadas y responsables en cuanto a su salud sexual y reproductiva. En conclusión, abordar la salud sexual y la sexualidad responsable en los jóvenes requiere una intervención multidimensional que considere los aspectos individuales, sociales y culturales. Es esencial proporcionar una educación sexual integral que incluya información sobre prevención, diagnóstico y tratamiento de ITS, además de promover el apoyo familiar y comunitario. Solo a través de un enfoque inclusivo y bien estructurado se podrá garantizar que los jóvenes tengan las herramientas necesarias para tomar decisiones responsables y saludables en cuanto a su sexualidad. Estos hallazgos forman parte del trabajo realizado dentro de la Red de Investigación en Sexualidad, lo que permite enmarcar estas observaciones en un contexto colaborativo más amplio, promoviendo un enfoque multidimensional y fundamentado en el análisis de las dinámicas sexuales en la juventud.
Tipo de elemento: | Libro | |||||||||
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Materias: | CONACYT > Ciencias Sociales CONACYT > Medicina y Ciencias de la Salud |
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Divisiones: | Enfermería > Doctorado en Ciencias de Enfermería | |||||||||
Usuario depositante: | PhD Raquel Alicia Benavdes Torres | |||||||||
Creadores: |
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Fecha del depósito: | 25 Mar 2025 17:32 | |||||||||
Última modificación: | 25 Mar 2025 17:32 | |||||||||
URI: | http://eprints.uanl.mx/id/eprint/29644 |
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